Christian Eduardo: El presidente de la Cámara Boliviana de la Construcción (Caboco) destaca que el sector en el país mantiene desde 2011 un ritmo anual de crecimiento de 7,5% en promedio y subrayó para este fin la importancia desde 2013 de los créditos de vivienda de interés social. El ejecutivo resaltó también las grandes inversiones públicas planificadas para los siguientes años y afirmó que éstas deben ofrecer más oportunidades para el empresariado nacional.
— ¿Cuál es su evaluación sobre el desarrollo del sector de la construcción en 2015?
— Ha sido un año con mucho movimiento, pero también un poco inusual, principalmente por las elecciones de los gobiernos subnacionales que han terminado, de alguna manera, generando una iliquidez (en las empresas del sector), debido a las transiciones en gobernaciones y alcaldías del eje troncal.
El sector viene manteniendo entre 2011 y 2014 un ritmo de crecimiento anual de 7,5%, un porcentaje que será igual en 2015. La construcción está dividida en dos grandes subsectores: el que atiende a la obra pública y el que trabaja con proyectos privados. Los mayores problemas del año pasado se han dado principalmente en la obra pública, porque (en esos proyectos las empresas) no tienen la posibilidad de reajustar el precio de sus contratos, lo cual es necesario para cubrir los crecientes costos laborales y el doble aguinaldo, que impactan muy fuertemente en las utilidades de las constructoras.
— ¿En qué tipos de obras puso mayor énfasis el sector?
— Apostó al desarrollo de viviendas de interés social, a las urbanizaciones, centros comerciales y edificios multifamiliares.
— Caboco anunció hace tiempo un plan para ofertar unidades habitacionales con precios más accesibles. ¿En qué situación se encuentra ese proyecto?
— Las constructoras privadas que atienden el crédito de interés social llegan a ese objetivo de diferentes formas. Hay empresas que apuestan por edificar grandes proyectos inmobiliarios y hay muchas otras que se deciden por otros proyectos pequeños, eso varía también por ciudad.
— ¿Cuál es el departamento del eje troncal donde más casas se están construyendo?
— Santa Cruz ha tomado la palestra en este desarrollo y definitivamente es el departamento que más ha invertido en el sector inmobiliario. La región privilegia mucho lo que es el desarrollo horizontal, que (son inmuebles que) no van más allá de los tres o cuatro pisos; en La Paz se priorizan (los proyectos más verticales) por tema de espacio y costo; y Cochabamba tiene un mix de ambos.
— ¿Cuántos edificios se construyeron el año pasado?
— No tengo un número exacto, pero los datos últimos han demostrado que la construcción de edificios no crece, más bien tiende a disminuir. Para este tipo de obras no hay claridad impositiva, por lo que se requiere de un sistema tributario específico, que en su momento incentivará el desarrollo de este tipo de unidades familiares, cuyo número no crece debido a la fuerte fiscalización de Impuestos Nacionales, que ha terminado por desmotivar (este tipo de proyectos). Otro factor (para que se levanten nuevos edificios) es que los mercados de alto costo se han visto saturados.
— ¿Por cuánto tiempo más cree que la construcción se podrá mantener entre los principales sectores de crecimiento de la economía boliviana?
— Si las medidas que se han adoptado sobre todo para el crédito de vivienda de interés social se mantienen por lo menos en los próximos dos a tres años —que es lo que está establecido (en la Ley de Servicios Financieros)—, ese nicho de mercado va a ser desarrollado con mucho interés por el rubro. Un inmueble no se materializa en un mes, sino entre nueve meses y un año y medio.
— Entonces, ¿después de estos tres años, la proyección de crecimiento se reduciría?
— Hacer numerología es difícil, porque claramente la construcción es uno de los sectores más importantes de la economía de un país y ahora estamos en una economía estable y fuerte, que va a ofrecer mucho desarrollo a las constructoras. Si el país —en función de las condiciones internacionales— atravesara en tres o cinco años una situación crítica, el sector de la construcción reflejaría eso; pero si las condiciones se mantienen, pues también el crecimiento se mantendrá.
— ¿Cuáles son las proyecciones para éste y los próximos años?
— Existen proyectos muy importantes que se van a desarrollar desde el Gobierno. Tenemos un crédito chino de $us 7.500 millones para proyectos de energía, salud y carreteras que van a liderar el país en los próximos cinco años. En el área privada, la mayor parte de los emprendimientos se enfocarán al desarrollo inmobiliario (...). El 70% del crecimiento anual del país corresponde a la inversión pública y el 30% a la privada.
— Para mejorar las condiciones del rubro, ¿qué tipo de incentivos piden del Gobierno?
— Al habernos convertido otra vez en 2015 en uno de los sectores más importantes de la economía, es importante volver a manifestar la intención del sector de trabajar normas que permiten motivar e incentivar una mayor participación privada en las obras públicas, porque nos hemos visto y nos vemos invadidos por empresas extranjeras. Ellos copan el 70% de la inversión pública y dejan un 30% al empresariado nacional. Nosotros queremos construir Bolivia con empresas bolivianas. Hay temas legales y tributarios que deberíamos trabajar para que el desarrollo de los próximos cinco años —como ha planificado el Gobierno con inversiones muy importantes— sea aprovechado por el empresariado nacional.
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