Los estándares de fabricación de ladrillos convencionales y consumo del mercado han provocado cierta innovación de nuevos productos ante la exigencia de los constructores y personas que aprecian de este noble material que se ha popularizado en las paredes de las casas de la ciudad.
La materia prima, como la arcilla que es utilizada para la producción de ladrillos es, fundamentalmente. Este material, que en realidad es tierra, está compuesto, en esencia, de sílice, alúmina, agua y cantidades variables de óxidos de hierro y otros materiales alcalinos, como los óxidos de calcio y los óxidos de magnesio.
Las partículas de materiales son capaces de absorber higroscópicamente hasta el 70% en peso, de agua. Debido a la característica de absorber la humedad, pues cuando la arcilla, cuando está hidratada, alcanza la plasticidad suficiente para ser moldeada a gusto y en diferentes formas como podremos observar en esta nota periodística, muy diferente de cuando está seco, mostrando una textura rústica, pero que la misma puede ser afinada a la hora de ser vista o exteriores.
Durante la fase de secado o cocción, el material arcilloso adquiere características de mucha solidez con cierta disminución de misma masa, obviamente por la pérdida de agua. Sin embargo el proceso que por lo general es de: Maduración, Tratamiento mecánico previo, Depósito de materia prima procesada, Humidificación, Moldeado, Secado, Cocción, Almacenaje y distribución a los centros de construcción como es el caso de la empresa INCERPAZ que le entrega en el lugar que necesita los ladrillos.
Pero no están sencillo como se piensa y como se ven los ladrillos, cuando están acabados, pues antes la arcilla sufre todo un tratamiento luego de ser recogido de las canteras o lugares, esta tierra es triturada, homogeneizada y reposo, buscando la consistencia y uniformidad de la “greda” que tengan buen cuerpo y denote buenas condiciones químicas.
La exposición a la acción atmosférica de aire, lluvia, sol e incluso hielo favorece. Además la descomposición de la materia orgánica permite la purificación química y biológica del material. Luego viene la purificación y refinación de la arcilla y el respectivo depósito, finalmente se moldea en las diferentes formas que requiere.
SECADO
El secado es una de las fases más finas, en esta etapa depende del buen resultado y calidad de la arcilla, más que nada en lo que respecta a la ausencia de fisuras. El secado tiene la finalidad de eliminar el agua agregada en la fase de moldeado para, de esta manera, poder pasar a la fase de cocción.
“Esta fase se realiza en secaderos que pueden ser de diferentes tipos: circular aire, de un extremo a otro, por el interior del secadero, y otras veces es el material el que circula por el interior del secadero sin inducir corrientes de aire. Lo normal es que la eliminación del agua, del material crudo se lleve a cabo insuflando, superficialmente, al material, aire caliente con una cantidad de humedad muy variable”.
FINALMENTE LA COCCIÓN
Se realiza en hornos de túnel, que en algunos casos pueden llegar a medir hasta 120 m de longitud, y donde la temperatura de la zona de cocción oscila entre 900°C y 1000°C. En el interior del horno, la temperatura varía de forma continua y uniforme. El material secado se coloca en carros especiales, en paquetes estándar y alimentado continuamente por una de las extremidades del túnel.
TIPOS DE LADRILLO
Dejamos algunas ideas para el diseño que quieras darle a tus proyectos de vivienda con revestimiento cerámico. En cuanto a las formas las puedes escoger.
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